domingo, 18 de noviembre de 2012
El egoísmo, los instintos y los reflejos
Como lo prometí, aquí estoy hablando del tema sin que haya pasado ni un día, porque tengo el defecto de olvidarme de todo a mi alrededor cuando una idea no me deja tranquilo :)
Hablemos primero de los instintos. Lo primero que llama la atención cuando investigas el tema es que los intentos de definir "instinto" son tantos y tan variados que pareciera que la gente no se pone de acuerdo. Utilizaré una definición sacada de la Nueva enciclopedia filosófica. En 4 tomos. Moscú: Editorial "Pensamiento". Bajo la redacción de V.S. Stiopin. 2001.
INSTINTO (lat. instinctus - motivo, impulso) - forma de comportamiento adaptativo al medio ambiente en cuya base yacen los reflejos incondicionados.
Después de analizar los distintos instintos que se mencionan en la literatura (alimentación, reproducción, orientación, comunicación con sus semejantes, etcétera) he llegado a la conclusión de que realmente todos los instintos son manifestaciones o consecuencias de un único instinto fundamental: el instinto de conservación.
CONJETURA 1 (Peña). Existe un único instinto primario, basado en los reflejos incondicionados innatos, que es el instinto de conservación de la vida del individuo. Este instinto primario es la base de todos los demás instintos secundarios.
CONJETURA 2 (Peña). El primer instinto secundario que desarrolla el individuo es el de conservación de la especie, instinto que "nace" con el primer amamantamiento.
Con el crecimiento biológico del individuo, los instintos secundarios se desarrollan con diferente intensidad, y en determinadas situaciones de la vida en las que el individuo debe tomar una decisión, es posible que uno o varios instintos secundarios se impongan sobre el instinto primario de conservación de la vida del individuo.
Si analizamos los distintos reflejos incondicionados que yacen en la base de los instintos conocidos, vemos que TODOS los individuos de TODAS las especies vienen dotados DESDE SU NACIMIENTO con los reflejos necesarios para su propia supervivencia. Pero en el caso de los mamíferos, entre todos los reflejos innatos hay uno que es especial: el reflejo de succión. Éste es el único reflejo que garantiza la conexión directa con la madre, su reconocimiento mediante el sabor, el olfato y el tacto (auditivamente la conoce desde que está en el vientre, visualmente la conocerá después). Este reflejo garantiza la continuidad de la especie, y desde el momento mismo del primer amamantamiento, el individuo "comprende" que debe garantizar no sólo su propia supervivencia, sino también que en el futuro "se repita" el amamantamiento. Con el primer amamantamiento se "siente" el placer de la alimentación, se establece el primer vínculo con sus semejantes y se "comprende" la importancia de la vida en colectivo y de la comunicación.
Es importante destacar que los primeros aprendizajes del individuo van de la mano con el placer de la alimentación, lo cual genera uno de los instintos fundamentales y que, por alguna razón, no es catalogado de instinto: el instinto de aprendizaje. El individuo siempre quiere aprender, porque aprender genera placer. Es como si el cerebro tuviera la "tarea" de ser "feliz". Quizás la naturaleza haya estructurado el cerebro para lograr un único objetivo: maximizar la producción de las "hormonas de la felicidad" que se generan cuando el cerebro llega a una respuesta (podría decirse de otra manera: minimizar la producción de "hormonas de infelicidad" que se generan mientras el cerebro no llegue a una respuesta). Mientras no se tenga una respuesta, el cerebro no está "feliz". Los caminos para llegar a una respuesta pueden ser muy diferentes, optimistas o pesimistas, pero lo importante para el cerebro es obtener una respuesta, para sentir "placer".
Volviendo al tema del egoísmo, pareciera que todos los individuos vienen dotados inicialmente de cierto nivel de egoísmo innato para garantizar su propia existencia, pero desde el primer amamantamiento el individuo "comprende" la necesidad de equilibrar su nivel de egoísmo innato con cierto nievel de altruismo, para garantizar la conservación de la especie. En el caso de las especies "no humanas", en la mayoría de los casos el "nivel de egoísmo" está equilibrado, es decir, el individuo adulto "sabe" perfectamente que tiene que mantener un equilibrio entre el interés propio y el interés de la especie. Es por eso que cuando dos machos pelean por una hembra, la pelea dura hasta que "queda claro" que un macho es más fuerte que el otro, pero ese macho fuerte no mata al macho débil por gusto, porque comprende que debe actuar en interés de la especie. Las especies "no humanas" también "saben" perfectamente que "en la unión está la fuerza", lo que se traduce en la organización en manadas. Incluso hay muchas especies en las que los individuos muy débiles se alejan de la manada, para que ésta se mantenga fuerte.
Sin embargo, la especie humana tiene rasgos muy característicos, relacionados con la estructura del cerebro, con el intelecto humano y con la vida en sociedad. Con el crecimiento biológico del individuo que vive en sociedad, el egoísmo empieza a manifestarse de diferentes maneras, llegando en algunos casos a imponerse totalmente sobre los intereses colectivos (máximo egoísmo / mínimo altruismo) o en otros casos a someterse totalmente a los intereses colectivos (mínimo egoísmo / máximo altruismo).
En el análisis de la relación entre el nivel de egoísmo y la posición política hecho en la entrada anterior, se promovía la hipótesis de que el nivel de egoísmo (de altruismo) es una de las variables, quizás la única, que definen la posición política de una persona (o de una sociedad). Teniendo en cuenta todo lo dicho en esta entrada sobre los reflejos y los instintos, me inclino definitivamente a pensar que el nivel de egoísmo, si no es la única, es una de las pocas variables que definen la posición política de las personas o las sociedades.
Hablemos primero de los instintos. Lo primero que llama la atención cuando investigas el tema es que los intentos de definir "instinto" son tantos y tan variados que pareciera que la gente no se pone de acuerdo. Utilizaré una definición sacada de la Nueva enciclopedia filosófica. En 4 tomos. Moscú: Editorial "Pensamiento". Bajo la redacción de V.S. Stiopin. 2001.
INSTINTO (lat. instinctus - motivo, impulso) - forma de comportamiento adaptativo al medio ambiente en cuya base yacen los reflejos incondicionados.
Después de analizar los distintos instintos que se mencionan en la literatura (alimentación, reproducción, orientación, comunicación con sus semejantes, etcétera) he llegado a la conclusión de que realmente todos los instintos son manifestaciones o consecuencias de un único instinto fundamental: el instinto de conservación.
CONJETURA 1 (Peña). Existe un único instinto primario, basado en los reflejos incondicionados innatos, que es el instinto de conservación de la vida del individuo. Este instinto primario es la base de todos los demás instintos secundarios.
CONJETURA 2 (Peña). El primer instinto secundario que desarrolla el individuo es el de conservación de la especie, instinto que "nace" con el primer amamantamiento.
Con el crecimiento biológico del individuo, los instintos secundarios se desarrollan con diferente intensidad, y en determinadas situaciones de la vida en las que el individuo debe tomar una decisión, es posible que uno o varios instintos secundarios se impongan sobre el instinto primario de conservación de la vida del individuo.
Si analizamos los distintos reflejos incondicionados que yacen en la base de los instintos conocidos, vemos que TODOS los individuos de TODAS las especies vienen dotados DESDE SU NACIMIENTO con los reflejos necesarios para su propia supervivencia. Pero en el caso de los mamíferos, entre todos los reflejos innatos hay uno que es especial: el reflejo de succión. Éste es el único reflejo que garantiza la conexión directa con la madre, su reconocimiento mediante el sabor, el olfato y el tacto (auditivamente la conoce desde que está en el vientre, visualmente la conocerá después). Este reflejo garantiza la continuidad de la especie, y desde el momento mismo del primer amamantamiento, el individuo "comprende" que debe garantizar no sólo su propia supervivencia, sino también que en el futuro "se repita" el amamantamiento. Con el primer amamantamiento se "siente" el placer de la alimentación, se establece el primer vínculo con sus semejantes y se "comprende" la importancia de la vida en colectivo y de la comunicación.
Es importante destacar que los primeros aprendizajes del individuo van de la mano con el placer de la alimentación, lo cual genera uno de los instintos fundamentales y que, por alguna razón, no es catalogado de instinto: el instinto de aprendizaje. El individuo siempre quiere aprender, porque aprender genera placer. Es como si el cerebro tuviera la "tarea" de ser "feliz". Quizás la naturaleza haya estructurado el cerebro para lograr un único objetivo: maximizar la producción de las "hormonas de la felicidad" que se generan cuando el cerebro llega a una respuesta (podría decirse de otra manera: minimizar la producción de "hormonas de infelicidad" que se generan mientras el cerebro no llegue a una respuesta). Mientras no se tenga una respuesta, el cerebro no está "feliz". Los caminos para llegar a una respuesta pueden ser muy diferentes, optimistas o pesimistas, pero lo importante para el cerebro es obtener una respuesta, para sentir "placer".
Volviendo al tema del egoísmo, pareciera que todos los individuos vienen dotados inicialmente de cierto nivel de egoísmo innato para garantizar su propia existencia, pero desde el primer amamantamiento el individuo "comprende" la necesidad de equilibrar su nivel de egoísmo innato con cierto nievel de altruismo, para garantizar la conservación de la especie. En el caso de las especies "no humanas", en la mayoría de los casos el "nivel de egoísmo" está equilibrado, es decir, el individuo adulto "sabe" perfectamente que tiene que mantener un equilibrio entre el interés propio y el interés de la especie. Es por eso que cuando dos machos pelean por una hembra, la pelea dura hasta que "queda claro" que un macho es más fuerte que el otro, pero ese macho fuerte no mata al macho débil por gusto, porque comprende que debe actuar en interés de la especie. Las especies "no humanas" también "saben" perfectamente que "en la unión está la fuerza", lo que se traduce en la organización en manadas. Incluso hay muchas especies en las que los individuos muy débiles se alejan de la manada, para que ésta se mantenga fuerte.
Sin embargo, la especie humana tiene rasgos muy característicos, relacionados con la estructura del cerebro, con el intelecto humano y con la vida en sociedad. Con el crecimiento biológico del individuo que vive en sociedad, el egoísmo empieza a manifestarse de diferentes maneras, llegando en algunos casos a imponerse totalmente sobre los intereses colectivos (máximo egoísmo / mínimo altruismo) o en otros casos a someterse totalmente a los intereses colectivos (mínimo egoísmo / máximo altruismo).
En el análisis de la relación entre el nivel de egoísmo y la posición política hecho en la entrada anterior, se promovía la hipótesis de que el nivel de egoísmo (de altruismo) es una de las variables, quizás la única, que definen la posición política de una persona (o de una sociedad). Teniendo en cuenta todo lo dicho en esta entrada sobre los reflejos y los instintos, me inclino definitivamente a pensar que el nivel de egoísmo, si no es la única, es una de las pocas variables que definen la posición política de las personas o las sociedades.
sábado, 17 de noviembre de 2012
El egoísmo y la posición política
Hoy quiero hablar sobre un tema escabroso: la posición política de las personas. Es algo que he analizado con mi amada esposa, y después de mucho cavilar, hemos llegado a la conclusión que el "nivel de egoísmo" es una variable clave para definir la "posición política".
Si miramos los matices políticos de las personas, vemos que son infinitos. Para mí personalmente fue un verdadero descubrimiento comprender que, quizás, el nivel de egoísmo de las personas sea una de las pocas variables de control del comportamiento político, en particular, y del comportamiento humano, en general. Es decir, los infinitos matices del comportamiento político (o del comportamiento humano en general) son función de los infinitos valores que puede tomar la variable "nivel de egoísmo", entre otras posibles variables.
Si miramos los matices políticos de las personas, vemos que son infinitos. Para mí personalmente fue un verdadero descubrimiento comprender que, quizás, el nivel de egoísmo de las personas sea una de las pocas variables de control del comportamiento político, en particular, y del comportamiento humano, en general. Es decir, los infinitos matices del comportamiento político (o del comportamiento humano en general) son función de los infinitos valores que puede tomar la variable "nivel de egoísmo", entre otras posibles variables.
¿Cómo entender eso de "variable de control"? Veamos un ejemplo. Imaginemos una tubería por la que corre agua. Utilizando un pensamiento clásico podríamos intentar explicar el comportamiento del agua dentro de la tubería utilizando muchísimas variables. Sin embargo, podemos enfocar ese comportamiento de otra manera, considerando una única variable de control: la velocidad del agua. Así, para bajas velocidades del agua tenemos un movimiento laminar sin turbulencias. A medida que crece la velocidad aparece un primer remolino. Ese remolino se podría considerar como un movimiento caótico, sin embargo, también se puede considerar como un estado estable que surge solamente para cierta velocidad del agua. Si seguimos aumentando la velocidad obtendremos otros estados cada vez más turbulentos, pero que también surgen única e invariablemente para cierta velocidad del agua. Así pues, podemos decir que para determinada velocidad del agua siempre obtendremos determinado estado del agua, o sea, la velocidad es una variable de control.
En el caso que nos atañe, veo una relación directa entre el nivel de egoísmo y la posición política de las personas, es decir, mientras más egoísta es una persona, más tiende al pensamiento de derecha, y mientras más altruista es la persona, más tiende al pensamiento de izquierda. Por ejemplo, la derecha rancia es capaz de estar en contra de un plan social de entrega de viviendas a los pobres porque simplemente afecta su negocio de alquiler o de venta de casas, y es capaz de financiar sabotajes a un plan de salud gratuita porque afecta su negocio de clínicas privadas. A medida que la persona de derecha es menos egoísta empieza a estar de acuerdo con las políticas sociales, pero sigue imponiéndose el egoísmo sobre el interés colectivo. Cuando la persona empieza a colocar el interés colectivo sobre el interés propio, ya es de izquierda, aunque haya algunos que no lo quieran reconocer, y el extremo del altruismo de izquierda es cuando la persona es capaz de dar la vida por un sueño de un mundo mejor para la Humanidad. Si volvemos al ejemplo del agua en la tubería, podríamos decir que para cierto nivel de egoísmo (cierta velocidad del agua) tendremos siempre cierta posición política (cierto estado de turbulencia) que se manifestará de infinitas maneras.
CONJETURA (Tancredi-Peña). El comportamiento humano, en general, y el comportamiento político, en particular, dependen de muy pocas variables de control, una de las cuales (o quizás la única para el caso del comportamiento político) es el nivel de egoísmo de una persona, en particular, o de una sociedad, en general.
En el caso de las sociedades aplica el mismo principio; compárense, por ejemplo, el comportamiento rapaz (egoísta) de EE.UU. e Israel con el internacionalismo proletario (altruista) de la ex URSS, Cuba o la actual República Bolivariana de Venezuela.
Teniendo en cuenta la complejidad humana, lo más lógico sería pensar que son muchas las variables que definen el comportamiento humano, y quizás ése haya sido el tabú que no haya permitido cambiar el paradigma del estudio del comportamiento humano hacia el uso de una o muy pocas variables de control.
CONJETURA (Tancredi-Peña). El comportamiento humano, en general, y el comportamiento político, en particular, dependen de muy pocas variables de control, una de las cuales (o quizás la única para el caso del comportamiento político) es el nivel de egoísmo de una persona, en particular, o de una sociedad, en general.
En el caso de las sociedades aplica el mismo principio; compárense, por ejemplo, el comportamiento rapaz (egoísta) de EE.UU. e Israel con el internacionalismo proletario (altruista) de la ex URSS, Cuba o la actual República Bolivariana de Venezuela.
Teniendo en cuenta la complejidad humana, lo más lógico sería pensar que son muchas las variables que definen el comportamiento humano, y quizás ése haya sido el tabú que no haya permitido cambiar el paradigma del estudio del comportamiento humano hacia el uso de una o muy pocas variables de control.
PROPUESTA DE PROYECTO DE INVESTIGACIÓN. Utilizar los conocimientos que hoy maneja la psicología para elaborar tests que midan el “nivel de egoísmo” y la “posición política”. Luego se podrían comparar los resultados y demostrar o refutar la Conjetura anterior.
Quiero destacar que, a mi parecer, las variables "posición política" y "nivel de egoísmo" tienen distribuciones normales, es decir, son campanas de Gauss. En este caso, la varianza sería un indicador de la polarización de la sociedad. A mayor varianza, más polarizada estaría la población (derecha-izquierda). A menor varianza, significaría que la posición política de las mayorías es más centrada, y los extremos (de derecha y de izquierda) son minorías. La media de la campana indicaría evidentemente, hacia cuál extremo está desplazada cierta sociedad. Quizás una medida de la "aberración" de cierta sociedad o país podría ser la comparación de su "campana" con la campana de una distribución normal centrada. Las tecnologías modernas de manejo de la información disponible en internet hacen perfectamente viable la obtención de las campanas que menciono.
PROPUESTA DE PROYECTO DE INVESTIGACIÓN. Utilizar "robots" para acceder aleatoriamente al universo de páginas web de cierto país y realizar un análisis estadístico de los contenidos (sin entrar en análisis semánticos de los textos, para no violar los derechos de las personas): así se podrían obtener las "campanas" de los países en tiempo real. Estas campanas serían tanto más representativas cuanto más penetración de internet haya en los países. Esto podría ayudar a monitorear, por ejemplo, el nivel de xenofobia en un país y tomar a tiempo las medidas necesarias.
En una próxima entrada hablaré sobre el egoísmo, los instintos y los reflejos. Ciao.
Quiero destacar que, a mi parecer, las variables "posición política" y "nivel de egoísmo" tienen distribuciones normales, es decir, son campanas de Gauss. En este caso, la varianza sería un indicador de la polarización de la sociedad. A mayor varianza, más polarizada estaría la población (derecha-izquierda). A menor varianza, significaría que la posición política de las mayorías es más centrada, y los extremos (de derecha y de izquierda) son minorías. La media de la campana indicaría evidentemente, hacia cuál extremo está desplazada cierta sociedad. Quizás una medida de la "aberración" de cierta sociedad o país podría ser la comparación de su "campana" con la campana de una distribución normal centrada. Las tecnologías modernas de manejo de la información disponible en internet hacen perfectamente viable la obtención de las campanas que menciono.
PROPUESTA DE PROYECTO DE INVESTIGACIÓN. Utilizar "robots" para acceder aleatoriamente al universo de páginas web de cierto país y realizar un análisis estadístico de los contenidos (sin entrar en análisis semánticos de los textos, para no violar los derechos de las personas): así se podrían obtener las "campanas" de los países en tiempo real. Estas campanas serían tanto más representativas cuanto más penetración de internet haya en los países. Esto podría ayudar a monitorear, por ejemplo, el nivel de xenofobia en un país y tomar a tiempo las medidas necesarias.
En una próxima entrada hablaré sobre el egoísmo, los instintos y los reflejos. Ciao.
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